miércoles, 4 de agosto de 2010

४८

Toda una vida puede cambiar en un segundo y jamás se presiente cuando llega

Tengo esa bufanda desde hace tres años. Es especial por quien me la regaló. Fue en unas navidades, sus últimas navidades. Mandó a su nieta a comprarla con el poco dinero que le había quedado de su pensión para regalos ese año (tiene 10 nietos y 3 bisnietos). Cuando llegó a dármela no sé lo que me entró. Venía apenada porque no me podía haber comprado algo mejor como según ella yo merecía. Me sentí especial y tremendamente afortunada. No he tenido la suerte de conocer a ninguno de mis abuelos y ver a esa persona de más de 80 años ahí, haciéndome un regalo sin tener por qué. Y me lo hizo por ser tan buena persona, porque merecía lo mejor en esta vida decía. Y ahora me cuesta creerlo. Me cuesta cuando encuentro tantas trabas, cuando todo se hace tan complicado, cuando quiero estar ahí y no puedo. Igual se equivocó de motivo.

Hace dos años nos dejó, pero siempre estará, en esa bufanda, en el olor de cada flor que cuidaba para luego darnos, en su puerta cada vez que paso...

3 comentarios:

Isabel Gil Jiménez dijo...

Yo perdí a mi abuela hace solo unos meses.
Era una mujer estupenda y me hacía reir, cosa que no todo el mundo tiene el don de hacer.
Un saludo.

Tantaria dijo...

A mí me gusta pensar que somos tan buenos como lo mejor que hemos hecho. No siempre podemos ser perfectos, sería aburridísimo!!

Mae dijo...

uff...
Guardala siempre... Al menos en tu corazón, porque hace poco leí, que si necesitas cosas físicas para acordarte de alguien es porque piensas que puedes llegar a olvidarle y bueno.. me hizo pensar mucho porque yo soy de las que guarda mil y un recuerdos...
Muchos besos cielo, y que sepas que seguro que te merecías esa bufanda y mucho mas.